Project Finance: asesoramiento en materia de riesgos

Financiar un proyecto nunca está exento de riesgos. Las diferentes partes involucradas buscan reducirlos al mínimo. En las operaciones de Project Finance, donde la financiación depende de la capacidad del proyecto para pagar la deuda contraída, la transmisión de riesgos al mercado asegurador es importante. Por ello, contar con un asesoramiento experto en materia de riesgos es clave para su éxito.

¿Qué es una operación de Project Finance?

Financiación de Proyectos, más conocido por su término en inglés Project Finance, es un mecanismo de financiación utilizado en inversiones de gran envergadura. Se sustenta no tanto en el valor de los activos del proyecto, sino en su capacidad para generar negocio, devolver la deuda contraída y asegurar la rentabilidad futura.

En este tipo de operaciones, el que recibe la financiación (deudor) es una sociedad creada específicamente para el proyecto. Se conoce como sociedad vehículo de proyecto o special purpose vehicle (SPV). Los prestamistas aportan recursos propios y tienen los flujos de caja y la rentabilidad del proyecto como única garantía. Por ello, el cash flow generado por el proyecto debe ser suficiente como cubrir gastos y devolver la inversión. Además, los riesgos del proyecto se reparten de forma equitativa entre todas las partes de la operación.

“En la financiación de proyectos, los financiadores tienen garantías limitadas en el supuesto de que el sponsor no pueda reembolsar la deuda. En consecuencia, tanto la SPV como los financiadores requieren una estrategia de gestión de riegos que refleje la naturaleza del proyecto y su financiación, haciendo uso del seguro para representar las necesidades de todas las partes relevantes”, señala Miguel de Bruno Guerra, Director de Project Finance en España, Willis Towers Watson.

El asesoramiento y los riesgos de Project Finance

Garantizar la transmisión de los muchos riesgos de las operaciones de Project Finance al mercado asegurador es clave. Para ello, se hace necesario contar con el asesoramiento adecuado. Habitualmente, se piensa que todas las partes implicadas (patrocinadores, financiadores, sociedad vehículo y autoridad pública) comparten intereses en materia de riesgos y seguridad. Pero existen ciertas particularidades relacionadas con la cantidad y amplitud de las coberturas que requiere cada uno.

Los prestamistas tienden a ser los más reacios al riesgo. Son los que menos tienen que ganar y los que más tienen que perder si el proyecto no es rentable y fracasa. Son los financiadores los más interesados en la capacidad de generar ingresos del proyecto. Así, para ellos, el análisis de riesgos debe centrarse en todas las amenazas que acechan esos ingresos, incluyendo tanto daños al activo como amenazas externas.

“En un proyecto de ciclo combinado en el que participamos recientemente, el mayor retraso en la terminación del riesgo de obras fue una pérdida en las instalaciones del fabricante de las turbinas demorando 15 meses la puesta en marcha del proyecto”, explica Miguel de Bruno Guerra.

En este tipo de operaciones, la sociedad vehículo del proyecto presenta su modelo de negocio a los financiadores, incluyendo su propuesta aseguradora. El asesor del seguro de los financiadores se encarga de revisar la propuesta de gestión de riesgos del prestatario. Esto incluye reconocer la naturaleza de la deuda y cómo estos riesgos han sido asignados bajo los contratos principales.

“Habiendo emprendido ese perfil de riesgo, el asesor de seguros de los financiadores podrá revisar y evaluar las propuestas de seguro de la sociedad vehículo de proyecto para opinar sobre si es apropiado y si no, para negociar o recomendar mejoras. Los financiadores también quieren saber qué riesgos no están cubiertos por las pólizas, con la finalidad de determinar si alguno de ellos puede ser mitigado a través de contratos, avales u otras alternativas no aseguradoras”, concluye el Director de Project Finance en España de Willis Towers Watson.