¿Qué tiene que ver el big data con el cambio climático?

El análisis avanzado de datos permite anticiparse a un escenario climático cada vez más cambiante

Todo puede reducirse a datos. Las probabilidades de que se produzcan grandes incendios forestarles en la próxima década en una zona turística o los daños potenciales del aumento de la intensidad de los ciclones en el negocio de la construcción pueden, con las herramientas adecuadas, transformarse en números. Sin embargo, la relación entre big data y cambio climático va mucho más allá del análisis de riesgo.

Big data y cambio climático

El cambio climático es una realidad incuestionable desde un punto de vista científico. Desde los mercados financieros hasta los pequeños negocios, cada vez más industrias reconocen que el hecho de que el clima de la Tierra esté cambiando tendrá un impacto en su actividad. La tecnología de análisis avanzado de datos se ha convertido en una herramienta fundamental para medir dicho impacto, como también lo está siendo para luchar contra las causas y los efectos del calentamiento global.

Ejemplos de cómo el big data lucha contra el cambio climático

Por ejemplo, durante la última ola de incendios que asoló Australia a finales de 2019 y principios de 2020, los datos forestales recopilados a través de varios tipos de satélites fueron clave en la lucha contra el fuego. Toda la información relativa a los bosques y sus radiaciones infrarrojas fue gestionada en tiempo real por una plataforma de datos abiertos que permitió a los servicios de emergencias detectar posibles focos con una precisión de 1,5 kilómetros a la redonda.

Otra herramienta de gestión forestal que utiliza tecnología big data es Global Forest Watch (GFW), una plataforma en la que colaboran universidades, instituciones científicas y empresas tecnológicas de todo el planeta. Esta plataforma, abierta para todo el mundo, permite analizar cambios en la masa forestal (midiendo la deforestación) y detectar incidentes como incendios. No funciona en tiempo real, pero está pensada, sobre todo, para el análisis de las causas de eventos concretos una vez que ya han sucedido.

El big data ha sido clave en la rápida reacción de la India y Bangladés ante la llegada del super ciclón Amphan

Son solo dos ejemplos de la aplicación del big data en la lucha contra el cambio climático, pero hay muchos otros. La recopilación y el análisis avanzado de datos puede utilizarse, entre otras cosas, para monitorizar la salud de nuestros océanos y los recursos pesqueros o para impulsar la economía circular y gestionar de forma eficiente la gestión de los residuos plásticos.

Cuando los datos salvan vidas

A mediados del mes de mayo, se activaron todas las alarmas en los servicios de emergencia de la India y Bangladés. Un super ciclón de categoría 5 bautizado como Amphan se estaba formando en el golfo de Bengala y amenazaba con tocar tierra con fuertes lluvias y ráfagas de viento superiores a los 185 kilómetros por hora. Las vidas de millones de personas estaban en peligro y el riesgo de pérdidas millonarias era real.

El Amphan tocó tierra tal como estaba previsto, pero las pérdidas no fueron tan elevadas. La reacción de la India y Bangladés fue ejemplar. Y lo fue, sobre todo, gracias al big data. Tal como señalan desde la Organización Meteorológica Mundial, la clave para prepararse ante la llegada del ciclón fue el tiempo. Por primera vez, tanto los servicios meteorológicos de la India como los de Bangladés lograron predecir con bastante nivel de detalle la trayectoria del ciclón antes de que este empezase a formarse.

La recopilación de datos atmosféricos precisos y su análisis mediante herramientas predictivas permitió a las autoridades locales saber el tipo de tormenta que se les venía encima con más de una semana de antelación. Gracias a esta información, lograron evacuar a la mayor parte de la población en riesgo y proteger las viviendas y las infraestructuras de la zona.

Big data para gestionar riesgos climáticos

En un entorno climático cambiante e incierto, los riesgos se disparan. Conocer a qué nos enfrentamos y cómo podemos mitigarlo es clave en la supervivencia de los negocios. Por eso, cada vez es más importante el uso de herramientas de analítica avanzada para gestionar los riesgos climáticos.

Desde la medición precisa de la exposición a los riesgos de determinados activos o localizaciones concretas hasta la modelización de las estrategias para mitigar y transferir dichos riesgos, pasando por las estimaciones de pérdidas en los diferentes escenarios futuros, la tecnología de big data ha ido ganando peso en la gestión de riesgos asociados al cambio climático.

Disponer de herramientas capaces de analizar todos los datos disponibles y predecir la evolución de los riesgos en el futuro es clave para garantizar la continuidad del negocio

De hecho, lo que empezó como una capacidad de análisis a corto y medio plazo, está empezando a ser útil a la hora de analizar los riesgos a largo plazo. Los pronósticos de los científicos climáticos para el futuro lejano, aun a pesar de que logremos frenar las emisiones de gases de efecto invernadero, dibujan un escenario complejo, con un clima más extremo y cambiante.

Disponer de herramientas capaces de analizar todos los datos disponibles y predecir la evolución de los riesgos en el futuro será clave para garantizar la continuidad del negocio y reforzar la resiliencia de las organizaciones en un escenario incierto.

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