Las empresas se mueven actualmente en un mundo interconectado y con una cadena de suministro y operaciones de naturaleza global, que exige que su personal viaje con frecuencia. Además, es habitual que algunos o la mayoría de ellos se desplacen y ubiquen en zonas bastante lejanas de inestabilidad política y económica.
Estos desplazamientos de nuestro personal por todo el mundo son esenciales para el crecimiento estratégico de los negocios, pero es inevitable que ello supone una serie de riesgos de gran importancia.
A medida que las empresas se van expandiendo por todo el mundo, también va surgiendo la necesidad de que su personal viaje con asiduidad. Esto supone enfrentarse a todo tipo de amenazas, como la gobernabilidad, la seguridad y una serie de ciberataques, extorsión, desorden civil y alteración del orden público, que de alguna forma altera la seguridad para nuestros empleados.
También hay que contar que muchos de estos países de destino cuentan con infraestructuras muy pobres y estar expuestos a posibles enfermedades graves y víricas puede ser frecuente.
Además los lugares de residencia y alojamiento de extranjeros, que suelen ser las zonas acomodadas, son blanco perfecto para ataques terroristas.
Las empresas tienen el deber de cuidar la seguridad y preparar a su personal tanto antes de emprender el viaje, como durante su estancia o regreso.
Un incumplimiento a este respecto puede generar posibles litigios e incidentes que en nada benefician a la reputación de las compañías.
En los viajes por trabajo, las empresas tienen el deber de atender los desplazamientos de sus empleados, a través de estrategias dirigidas a paliar posibles riesgos:
Las empresas han de dictar y tener muy claras las directrices y procedimientos que han de seguir para saber exactamente cual es el destino al que se dirigirán sus trabajadores, lo que están haciendo y como pueden estar protegidos durante la estancia. La política de viajes debe tener dos objetivos:
Evaluar previamente el riesgo facilita a la organización de su estado o nivel de apoyo para aquellos trabajadores que se tengan que desplazar. Para que la política de viajes resulte efectiva, se tiene que contar con un análisis de riesgo completo del país al que se va a destinar. Esto permite una toma de decisiones efectiva en caso de necesidad.
El personal tiene que estar prevenido y saber como debe actuar ante un posible suceso. Y ello debe estar conectado y en línea con el plan de gestión de crisis de la empresa, que a su vez está informada de las pólizas de seguro y coberturas existentes. Así, si por ejemplo un empleado se lesiona durante el viaje, saber cuál es la compañía de seguros con la que tiene que contactar.
El objetivo del área de Human Capital de Willis Towers Watson y a través del programa de Movilidad Internacional de Empleados se trabaja a fondo con los departamentos de Recursos Humanos de nuestros clientes para la gestión y desarrollo de estos planes.
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