Cuando se acerca la hora de jubilarse, no todos los trabajadores optan por abandonar por completo y de forma repentina el mercado laboral. El sistema público de pensiones en España contempla varias opciones para compatibilizar la actividad laboral y la pensión de jubilación, como la jubilación activa y la jubilación parcial. En este último caso, existe una opción diseñada para fomentar la renovación de la plantilla de la empresa: la jubilación con contrato de relevo.
A partir de los 60 años, cualquier trabajador por cuenta ajena y los socios trabajadores de las cooperativas podrán acceder a la jubilación parcial bajo determinadas circunstancias. Esto les permite seguir percibiendo un salario y, al mismo tiempo, recibir una parte proporcional de la pensión antes de alcanzar la edad jubilación definitiva. Para ello, existen dos modalidades: la jubilación parcial sin contrato de relevo y la jubilación parcial con contrato de relevo, en la que nos centraremos en este artículo.
Este tipo de jubilación parcial solo está disponible en aquellos casos en los que, con carácter simultáneo, se celebre un contrato de relevo en los términos previstos en el artículo 12.7 del Estatuto de los Trabajadores. Se trata de una opción bastante limitada para la cual hay que cumplir los siguientes requisitos:
Un requisito fundamental para acceder a la jubilación con contrato de relevo es que se firmen, de forma simultánea, el nuevo contrato del trabajador que solicita la jubilación parcial y el de su relevo.
Un requisito fundamental para acceder a la jubilación con contrato de relevo es que se firmen, de forma simultánea, el nuevo contrato del trabajador que solicita la jubilación parcial y el de su relevo. Así, el contrato a tiempo parcial del trabajador que se jubila:
Por otro lado, el contrato de relevo que se firme también tiene unas particularidades bien definidas:
Mediante la modalidad de jubilación con contrato de relevo, las empresas pueden planificar la renovación de su plantilla sin tener que afrontar los costes de un despido.
La jubilación parcial es una opción ventajosa para los trabajadores, ya que pueden seguir cotizando con el objetivo de percibir una pensión más elevada cuando decidan jubilarse de forma total, mantienen la actividad profesional, pero trabajando menos tiempo, y no sufren una pérdida repentina de poder adquisitivo, sino que prácticamente lo mantienen.
El jubilación parcial también presenta beneficios claros para las empresas. Mediante la modalidad de jubilación con contrato de relevo, estas pueden planificar la renovación de su plantilla sin tener que afrontar los costes de un despido y, al mismo tiempo, pueden ahorrarse una parte considerable de la cotización de los trabajadores de más edad.
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