Los desafíos del sistema público de pensiones están lejos de resolverse. Las tensiones que provoca, por un lado, el cada vez mayor número de pensionistas y, por otro, el estancamiento de las cotizaciones de los trabajadores en activo sigue amenazando la sostenibilidad de las pensiones a medio y largo plazo. Dentro de las medidas que se han adoptado en los últimos años para intentar reforzar el sistema, el pasado 1 de enero entró en vigor el mecanismo de equidad intergeneracional o MEI.
El sistema público de pensiones es un sistema de reparto, también llamado de seguro solidario para la vejez. Mediante los aportes obligatorios de los trabajadores en activo, ya sean por cuenta propia o ajena, se financia un fondo con el que se atienden las pensiones de jubilación de los trabajadores retirados. Este sistema garantiza, en un principio, que la pérdida de poder adquisitivo de los pensionistas no sea demasiado alta y refuerza la solidaridad entre generaciones. Sin embargo, su estabilidad depende por completo del equilibrio entre el número de pensionistas y el de trabajadores en activo.
De acuerdo con el ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, el sistema público de pensiones tiene dos grandes retos. Uno es estructural y está ligado al aumento progresivo de la esperanza de vida de la población, lo que hace que los pensionistas vivan, de media, cada vez más años. Otro es de carácter coyuntural y tiene que ver con un desequilibrio entre el tamaño de las generaciones que acceden a la jubilación y las que están en edad de trabajar, un desequilibrio demográfico que, según los cálculos del ministerio, se irá resolviendo gradualmente y desaparecerá a mediados de siglo.
Entre las medidas adoptadas para encontrar salida a los desafíos del sistema de pensiones, destacan la reforma de 2011 que provoca que la edad de jubilación vaya incrementándose gradualmente hasta alcanzar los 67 años en 2027 o las medidas tomadas para alinear la edad efectiva con la edad ordinaria de acceso a la jubilación. Otra de las acciones que se llegó a aprobar, pero nunca llegó a entrar en funcionamiento, fue el factor de sostenibilidad que vinculaba la cuantía de la pensión jubilación a la evolución de la esperanza real de vida de los pensionistas.
En 2021, la revaloración de las pensiones volvió a estar ligada al índice de precios de consumo (IPC), lo que ha provocado que la cuantía de las pensiones se haya incrementado mucho en los últimos años. De hecho, la subida establecida para 2023, del 8,46 %, es histórica. El alza de las pensiones ayuda a que los pensionistas no pierdan poder adquisitivo por culpa de la inflación, pero plantea una gran duda: ¿cómo se financia la subida? Aquí es donde entra en juego el mecanismo de equidad intergeneracional.
El mecanismo es parte de un paquete de medidas para reforzar la sostenibilidad del sistema y está pensado para que actúe como válvula de seguridad si el gasto en pensiones crece por encima de lo previsto. Así, el mecanismo de equidad intergeneracional (MEI), que sustituye al factor de sostenibilidad y será de aplicación contingente y temporal (hasta 2032), está pensado para repartir el esfuerzo para reforzar el sistema de entre generaciones al tiempo que evita los recortes en la pensión que suponía el factor de sostenibilidad, especialmente entre los trabajadores más jóvenes.
Tal como está planteado, el MEI está formado por dos elementos:
La comprobación del gasto se hará cada tres años hasta 2060. Si la desviación de gasto superase el límite del 0,2 % del PIB o se agotase el fondo, el gobierno negociara entonces con los agentes sociales y los integrantes del Pacto de Toledo alguna medida extraordinaria para reducir el gasto en pensiones o incrementar las fuentes de ingreso mediante cotizaciones u otras alternativas.
El mecanismo de equidad intergeneracional está regulado por la Ley 21/2021, de 28 de diciembre, de garantía del poder adquisitivo de las pensiones y otras medidas de refuerzo de la sostenibilidad financiera y social del sistema público de pensiones. A partir del 1 de enero, el MEI afectará de la siguiente forma a la cotización por contingencias comunes.
En definitiva, con el mecanismo de equidad intergeneracional se espera crear un colchón con el que hacer frente a posibles aumentos del gasto de las pensiones a partir de la próxima década y evitar tener que tomar medidas drásticas si se diese el caso. Según los cálculos del ministerio, con el MEI se deberían recaudar cerca de 50 000 millones de euros durante los próximos 10 años, importe que debería ser suficiente para afrontar las posibles desviaciones en el gasto entre 2032 y 2050.
