Los operadores están desplegando ya la nueva generación de redes móviles. Algunos países, como Corea del Sur, Japón o Suiza han tomado la delantera, pero se espera que a lo largo de los dos próximos años la mayoría de países cuenten con redes 5G. Según la asociación de operadores GSMA, en 2025 habrá ya 1.200 millones de conexiones 5G activas. ¿Qué supondrá este cambio en materia de ciberseguridad y privacidad?
A nivel mundial, los operadores de telefonía están invirtiendo una media de 160.000 millones de dólares al año para actualizar y modernizar sus redes móviles, según la GSMA. La mayor parte de este esfuerzo se destina al desarrollo de la tecnología 5G. Por el momento, las comunicaciones 5G disponibles todavía se apoyan en la tecnología 4G (LTE). Pero a partir de 2020 entrarán en uso las redes 5G puras.
Estas son sus principales características, tal como recoge el informe de GSMA Intelligence The Mobile Economy 2019:
A nivel usuario, la tecnología 5G va a permitir consumir streaming de mayor calidad, disfrutar de la realidad virtual en tiempo real o descargarnos contenido en cuestión de segundos. Sin embargo, la verdadera revolución de las redes 5G está en la conectividad de los objetos o internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés). Atributos como la baja latencia, el menor consumo energético, la mayor densidad de conexiones o el network slicing serán el trampolín para el despegue de los objetos conectados y las ciudades inteligentes.
La tecnología 5G permite tener 100 veces más dispositivos conectados por unidad de superficie que la tecnología 4G
A finales de 2018 había 17.800 dispositivos con acceso a internet. Muchos eran smartphones y tablets, pero 7.000 millones ya eran objetos IoT, según los datos de IoT Analytics. En los próximos años, el número de dispositivos IoT se disparará hasta alcanzar los 21.500 millones en 2025. Objetos conectados en hogares, ciudades, infraestructuras e industrias que aportarán más datos y más eficiencia, pero también más vectores de ataque para los ciber delincuentes.
Por primera vez, una tecnología móvil no estará mayoritariamente destinada a servir al usuario individual, sino que abrirá nuevas oportunidades de crecimiento para todas las industrias y multitud de verticales de negocios. Servicios como la telemedicina, la gestión inteligente de las ciudades y el tráfico o todo lo que rodea a las smart homes se beneficiarán de la tecnología 5G. Sin embargo, esto también significará un número creciente de datos sensibles y privados circulando por la red.
A nivel privacidad, muchos de los requisitos que incluye el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) de la Unión Europea son perfectamente válidos para afrontar la cuestión de la privacidad y la seguridad en las redes 5G. La transparencia, la responsabilidad de la empresa encargada del tratamiento de los datos o el derecho a la protección de las personas digitales deben seguir siendo elementos clave en el futuro.
La evaluación de las vulnerabilidades, la cuantificación de los riesgos reales y la elaboración de estrategias de mitigación son fundamentales, tanto a nivel público como corporativo
Por otro lado, la máxima de que todo lo que está conectado es susceptible de ser hackeado cobra más sentido que nunca a la hora de pensar en una sociedad hiperconectada y digital. Es por eso que cada vez se habla más del concepto de seguridad y privacidad desde el diseño en las redes 5G. Es decir, que cualquier servicio que se despliegue en red debe anticipar los riesgos potenciales y protegerse frente a ellos ya desde la fase de diseño.
Cuantos más elementos físicos estén conectados a la red, más puertas de entrada existirán para las ciber amenazas. Por ello, la evaluación de las vulnerabilidades, la cuantificación de los riesgos reales y la elaboración de estrategias de mitigación son fundamentales, tanto a nivel público como a nivel corporativo. Esta la línea en la que trabaja, por ejemplo, la Comisión Europea, que el pasado mes de marzo publicó una serie de recomendaciones para abordar, de forma conjunta, la seguridad de las redes 5G.
Según el organismo regional, la introducción del 5G industrial en los sectores de la automoción, la salud, la industria y el transporte conlleva un incremento potencial del beneficio de 114.000 millones de euros al año. Asegurar la ciberseguridad de esta nueva generación de redes móviles es clave para proteger el desarrollo de estas industrias, así como defender la autonomía de los países europeos.
El Internet de las Cosas y el ciber riesgo
Metodologías para la gestión del ciber-riesgo
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