
¿Qué supone el inicio del curso escolar para la gestión del capital humano en las empresas?

15 de septiembre de 2020
NUESTROS EXPERTOS:
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4 minutos
Edición editorial:
Juan F.SamaniegoLas lecciones aprendidas de lo más duro del confinamiento deben ponerse en práctica en la vuelta al cole y la flexibilidad con los empleados
Como cada año, septiembre marca el inicio del curso escolar y la vuelta a las aulas de millones de niños. Sin embargo, esta vez la lista de materiales indispensables es diferente a la de otros años. Las mascarillas y el gel hidroalcohólico se han colado entre las prioridades. Y la ilusión de los más pequeños por reunirse con sus compañeros y profesores ha quedado relegada por la ansiedad y el nerviosismo ante un curso plagado de incertidumbres que estará marcado por la evolución de la pandemia de COVID-19.
La vuelta a la normalidad escolar para millones de niños en España, sin clase presencial desde el pasado mes de marzo, es una auténtica prueba de fuego para el sistema educativo y sanitario, así como para las organizaciones. El compromiso de las empresas con sus empleados con estudiantes a cargo será esencial cuando lleguen los contagios (que, inevitablemente, llegarán) y haya que establecer confinamientos, cuarentenas y cuidados desde casa.
Las lecciones de los últimos meses
Antes de la entrada en escena del COVID-19, la flexibilidad con los empleados ya se estaba abriendo paso en la gestión del capital humano de las empresas. Poco a poco, aquellos empleados con personas a su cargo habían ido ganando beneficios para poder conciliar su vida profesional y su vida familiar. Esta transición hacia un escenario laboral más flexible se vio acelerada durante los primeros meses de la pandemia, cuando el confinamiento impuso el teletrabajo como única opción para mantener la actividad en muchas empresas y el cierre de las escuelas mandó a millones de niños a casa.
La situación durante este tiempo fue excepcional y cargó de responsabilidades a los padres que tuvieron que adaptarse a nuevos escenarios laborales al tiempo que vieron incrementadas sus tareas de cuidados y tuvieron que apoyar el aprendizaje a distancia de los menores.
La mayoría de empresas apostaron por flexibilizar los horarios para que los empleados pudiesen cuidar correctamente a los niños u otras personas a su cargo
Según los datos de Willis Towers Watson, en base a información recabada, sobre todo, en Estados Unidos, las empresas desarrollaron diferentes estrategias para apoyar a sus empleados durante los primeros meses de la pandemia. Aunque los porcentajes no son extrapolables a la situación española, sí lo son las tendencias.
Así, la mayoría de empresas apostaron por flexibilizar con los empleados los horarios para que pudiesen cuidar correctamente a los niños u otras personas a su cargo. Además, una parte importante permitió la ausencia voluntaria sin salario o estudió nuevos acuerdos de reducción de jornada de forma temporal. A pesar de las medidas, el nivel de estrés se disparó en muchos hogares, incapaces de hacer frente a las tareas profesionales y familiares al tiempo que lidiaban con la presión del confinamiento.
A pesar de lo excepcional de la situación vivida hasta ahora, para los expertos de Willis Towers Watson existen una serie de lecciones que pueden sacarse en claro para los próximos meses:
- Integrar en la cultura corporativa el reconocimiento a los desafíos que supone trabajar, cuidar y educar en casa.
- Demostrar empatía y reforzar la seguridad psicológica.
- Dotar a los empleados de capacidad de elección y control para que puedan gestionar el teletrabajo de forma equilibrada.
- Establecer la corresponsabilidad de los padres en el modelo flexible para alcanzar sus objetivos de negocio
- Afrontar los desafíos relacionados con el bienestar y la combinación de teletrabajo y cuidado familiar, como el estrés, la falta de sueño o el cuidado personal.
La flexibilidad con los empleados en la vuelta al cole
Por ahora, parece bastante claro que no volveremos a pasar por un confinamiento total como el de los meses de marzo y abril. Sin embargo, desde el punto de vista de las organizaciones, la vuelta a los colegios plantea una serie de escenarios en los que es probable que vuelva a ser necesario aplicar algunas de las medidas tomadas en el pasado en la gestión del capital humano. ¿Qué pasará con los padres trabajadores si su hijo se contagia y deben confinarse? ¿Qué sucederá si se suspenden las clases en su grupo o se llega a cerrar el colegio?
Ante estas situaciones, las empresas deben adaptar su cultura corporativa y sus programas de beneficios para responder a las necesidades de sus empleados. Este compromiso debe quedar claro desde los valores básicos de la organización hasta las acciones más pequeñas que marcan el día a día.
Así, es fundamental alinear tanto las políticas como los comportamientos de los managers para atender las necesidades de los empleados en este contexto con agilidad, dignidad respeto e inclusión, sin olvidar la conexión con el bienestar físico, financiero, emocional y social. Para que el modelo de flexibilidad funcione debe ir en ambos sentidos por lo que se debe fomentar el compromiso por parte de los padres en el cumplimiento de sus obligaciones y objetivos laborales en un momento tan complicado para la empresas como el actual.
Más que nunca es necesario escuchar a los empleados para conocer la realidad de su experiencia y las necesidades existentes
Más allá de los valores, es necesario también diseñar programas de beneficios que atiendan las necesidades concretas que genera la situación actual y permitan a los empleados trabajar con flexibilidad, logrando un equilibrio sano entre las responsabilidades laborales y familiares. Esto puede lograrse tanto con medidas encaminadas a flexibilizar la jornada y fomentar el teletrabajo como mediante beneficios para el cuidado de menores u otras personas a cargo.
Por último, mantener todos los canales de comunicación abiertos en todo momento es esencial. Más que nunca es necesario escuchar a los empleados para conocer la realidad de su experiencia y las necesidades existentes. Esto permite mantener la motivación, el compromiso y el bienestar en niveles elevados y, al mismo tiempo, estar al tanto de posibles nuevas ideas o enfoques que surjan del entorno personal de los empleados.
En definitiva, en la vuelta al cole es necesario que las empresas apuesten por la flexibilidad, por reforzar una capacidad de respuesta rápida ante imprevistos y por la empatía acerca de la situación personal de cada empleado. Todo esto redundará en el bienestar los trabajadores y en su motivación y, como consecuencia, en la resiliencia y sostenibilidad de la organización en un escenario plagado de incertidumbres.
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