
Riesgos económicos en España: al alza y a la baja

16 de marzo de 2016
NUESTROS EXPERTOS:
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3 minutos
Edición editorial:
Juan F.SamaniegoLa economía española en 2016 crecerá un 2,7% según las previsiones actualizadas de la CEOE y de Funcas. La patronal mantiene sus estimaciones anteriores del PIB para el 2016 y modera el crecimiento para el 2017, fijado en el 2,5%. Por su parte, Funcas rebaja sus previsiones una décima, lo que hace coincidir el porcentaje de crecimiento con el que publica la CEOE. Pero no es lo único en lo que coinciden ambos organismos, también lo hacen en la existencia de un contexto de incertidumbre, sujeto a riesgos al alza y riesgos a la baja, que la patronal enumera de la siguiente forma:
Riesgos al alza
- a) Un impacto mayor al previsto de las medidas adoptadas por el BCE en la mejora de las condiciones financieras y, en consecuencia, en la reactivación de la inversión y del crédito en Europa.
- b) Una política económica que fortalezca la competitividad y productividad de la economía española y con ello impulse el ciclo de recuperación y empleo.
Riegos a la baja
- a) Que se acentúe la inestabilidad financiera en los mercados emergentes y se produzca una notable desaceleración de la economía mundial y del comercio.
- b) Una política presupuestaria que se aleje de los objetivos de estabilidad y de consolidación fiscal. Esto elevaría el nivel de deuda pública y los gastos financieros, lo que haría a la economía española más vulnerable ante episodios de crisis financieras.
- c) Repunte acusado del precio del petróleo que afectaría tanto a la renta disponible como al saldo comercial en España.
- d) Que a partir de 2016 se produzca un freno notable en el proceso de reformas estructurales en España.
Desde la CEOE precisan también que la senda de desaceleración prevista para 2016 y 2017 viene explicada por la pérdida gradual del efecto de aquellos factores que impulsaron la actividad durante el último año: tipos de interés, precio del petróleo, depreciación del euro y reforma fiscal. A ello se une la persistencia de circunstancias que reducen el potencial de crecimiento de la economía española, como la elevada tasa de paro o el alto nivel de endeudamiento.
En lo que respecta a la composición del crecimiento prevista para 2016 y 2017, no va a cambiar sustancialmente. La demanda interna seguirá siendo el principal baluarte de la actividad, mientras que la aportación del sector exterior será neutra o ligeramente negativa en ambos ejercicios, según valoran desde la Patronal. Además, insisten en que todos los componentes del PIB aportarán crecimiento a la economía española en 2016 y 2017, aunque a un ritmo menor que en 2015. Los más dinámicos serán la inversión de bienes de equipo y las importaciones.
En cuanto a la inflación, esta podría volver a situarse en terreno negativo en 2016 y en 2017 anticipan un repunte hasta el entorno del 1,5%.
Los objetivos del déficit público recogidos en el Programa de Estabilidad son difíciles de conseguir, según los datos que maneja la CEOE, siendo factible que el déficit público se reduzca por debajo del -3% del PIB en 2017, “siempre y cuando se mantenga el compromiso de continuar con el proceso de consolidación fiscal”, matizan.
Aun así, si se cumple este escenario de previsión, la economía española en 2016 crecerá más que la media de la Eurozona, aunque reduciría su diferencial positivo.
Expectativas de futuro
Según Funcas, el menor crecimiento de la economía mundial y la incertidumbre global que ha generado tensiones en los mercados en los dos primeros meses del año compensarán la caída del precio del petróleo, “circunstancia que por sí sola podría haber conducido a una revisión al alza de las estimaciones”, puntualizan desde la Fundación.
Por su parte, el presidente de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), José Luis Escrivá, indica que existe todavía un déficit de credibilidad en las finanzas públicas españolas y que esta se debe “tanto al peso del pasado como a las dudas sobre el futuro”.
Escrivá insiste en que, en relación al pasado: “La ausencia de un historial de superávits primarios suficientes para lograr una deuda sostenible y la dinámica expansiva de la deuda pública desde el inicio de la crisis lastran la credibilidad”. De cara al futuro: “Se necesita un plan presupuestario realista y creíble a medio plazo, con especial atención al componente contributivo de la Seguridad Social y a las Comunidades Autónomas con mayores desviaciones y hay que seguir avanzando en el reforzamiento del marco fiscal nacional”, precisa el presidente de AIReF.
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