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Vídeo | Cómo empezar a ahorrar desde el primer empleo

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27 de febrero de 2019

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Tiempo de lectura
3 minutos

Edición editorial:

Juan F.Samaniego

Poder mantener el nivel de vida una vez jubilados es un objetivo al que nadie quiere renunciar. Para ello, no solo basta con confiar en la estabilidad del sistema público de pensiones, sino que es necesario complementar la pensión de jubilación pública con un plan de ahorro privado, ya sea contratado a través de la empresa o de forma individual. Además, cada vez más empresas apuestan por incluir planes de ahorro en su estrategia de beneficios. Algo que interesa a los trabajadores consolidados y, sobre todo, a los jóvenes que acaban de entrar en la compañía.

Las preocupaciones de un empleado joven

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El desempleo, los problemas de índole económica y el futuro de las pensiones ocupan, a día de hoy, un lugar preferencial entre las preocupaciones de los españoles, de acuerdo con el CIS. Sin embargo, las prioridades varían si se tiene solo en cuenta a la población joven. Según el Portal Europeo de la Juventud, el paro, la precariedad y las dificultades para emanciparse son las grandes preocupaciones de los jóvenes españoles.

La cosa cambia también si solo se pregunta a aquellos jóvenes que ya han accedido a su primer empleo. De acuerdo con los datos de la 2017 Global Benefits Attitudes Survey elaborada por Willis Towers Watson, para los trabajadores europeos menores de 30 años, las grandes prioridades son, de más a menos, sufragar los gastos del día a día, ahorrar, cubrir los costes domésticos, el tiempo libre y la adquisición de una vivienda.

Estas prioridades, sin embargo, van cambiando a medida que los trabajadores se consolidan. Y es a partir de los 40 años cuando aparece una nueva prioridad, inédita hasta entonces: el ahorro para la jubilación. De hecho, esta pasa a ser la principal preocupación financiera de los trabajadores europeos a partir de los 50 años, cuando la fecha de jubilación empieza a estar cercana y el esfuerzo para alcanzar un determinado objetivo es mucho mayor. Sin embargo, es en los primeros años de vida laboral cuando el esfuerzo ahorrador es menor.

La cultura del ahorro a largo plazo

A lo largo de toda su vida, un trabajador puede ahorrar y acumular capital para cuando se jubile. Para ello, existen diferentes vehículos de ahorro que la empresa puede incluir en su paquete de beneficios. Aunque el momento de la jubilación parezca lejano, los planes de ahorro para los trabajadores que acaban de acceder a su primer empleo deben ser una prioridad por efecto del ahorro a largo plazo.

Si, por ejemplo, el objetivo es alcanzar la jubilación con un capital acumulado de 150.000 euros, ¿cuánto debe ahorrar cada trabajador en función de la edad a la que empiece? Con 25 años, una aportación anual de 2.000 euros sería suficiente para alcanzar el objetivo. Si se empieza ahorrar a los 35, estaríamos hablando ya de una aportación de 3.500 euros anuales. Y una persona de 55 años necesitaría ahorrar 12.000 euros cada año para obtener 150.000 en el momento de jubilarse. Es decir, cuanto antes se empiece, menos esfuerzo habrá que hacer.

En este camino acumulativo, la empresa acompaña a sus empleados desde el primer momento hasta que alcanzan la edad de jubilación. Para ello, pueden contar con un plan de pensiones de empleo, un plan de previsión social empresarial o un seguro colectivo de vida. A nivel organización, apoyar el ahorro de los empleados con estos planes de previsión tiene varias ventajas:

  • Reforzar la propuesta de valor al empleado, algo fundamental para atraer y retener el talento, sobre todo, en mercados muy competitivos.
  • Planificar de forma ordena las salidas y la renovación de la plantilla de la organización, evitando tener que tomar decisiones precipitadas en el futuro.
  • Mejorar la imagen de la compañía y la estrategia de responsabilidad social corporativa.

Qué puede ofrecer la organización

A la hora de planificar el ahorro desde el primer momento, es necesario apostar por instrumentos flexibles y por la formación financiera, clave para entender la situación de las pensiones y definir una estrategia de inversión a largo plazo. En este sentido, las nuevas tecnologías están ofreciendo herramientas novedosas para que las organizaciones fomenten el ahorro entre los trabajadores más jóvenes.

Las nuevas tecnologías están ofreciendo herramientas novedosas para que las organizaciones fomenten el ahorro entre los trabajadores más jóvenes

Así, la empresa puede contribuir al ahorro de los empleados más jóvenes dándoles facilidades que se adapten más a sus hábitos digitales. Se trata, por ejemplo, de utilizar herramientas online claras y sencillas que incluyen, entre otras cosas, un simulador de futuro, información financiera o una vía de contacto directo con los encargados del plan de previsión. Otra de las herramientas es el llamado pensumo, o ahorro por consumo. Este instrumento favorece el ahorro para la jubilación a través del consumo y las compras diarias.

En definitiva, la prioridad para los empleados jóvenes debe ser poner en marcha un plan de ahorro que garantice su estabilidad financiera en el momento de jubilarse, por muy lejano que este parezca. Así, las inversiones regulares, teniendo en cuenta los hábitos de consumo de los jóvenes, y la formación son claves para sentar las bases del ahorro y empezar a considerar las necesidades futuras.

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